Conferencia: Primer Simposium Internacional “Un nuevo Transporte para una Lima Nueva”
Ponencia: Guayaquil – La recuperación del espacio público
Lugar y Fecha: Lima, 09 de Abril de 2003
Conferencista: Arq. Alberto Fernández – Dávila A.
Representante del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad Oxford Brookes del Reino Unido en la asesoría brindada a la Fundación Malecón 2000 en los proyectos de regeneración urbana de Guayaquil
Autores: Arq. Carlos Alberto Fernández-Dávila, Arq. Raúl Flórez GR, Ing. Gustavo Jacobs M. , y Arq. Manuel Zubiate V.
Elaborada en base al artículo de los mismos autores publicado en la Revista Medio de Construcción No. 174 de Marzo de 2003; quienes son miembros de URVIA – Corporación Andina de Arquitectos y Urbanistas.
Regeneración urbana
Ante la gentil convocatoria a participar en este Primer Simposium Internacional “Un nuevo transporte para una Lima Nueva” para conocer y analizar algunas experiencias de transformación de nuestras ciudades a partir de nuevas posibilidades de transporte no motorizado, proponemos empezar por reconocer el importante papel que cumple el espacio público -calles, avenidas, parques y plazas que estructuran y relacionan todos sus barrios, centros de trabajo y viviendas, en la democratización de la sociedad permitiendo la inclusión de vastos sectores sociales al sistema nacional.
El proceso de urbanización es un fenómeno tan marcado en el mundo en general y en el Perú en particular que usualmente entendemos el término “ciudadano” como habitante de un país, pasando desapercibido que etimológicamente significa “persona que vive en la ciudad”; este vivir en la ciudad significa entre otras cosas poder usar y recorrer sus distintas calles, plazas y alamedas cual sea indistintamente nuestra condición socio – económica, y poder percibir desde ellas las edificaciones públicas o privadas que las limitan como elementos consustanciales del entorno urbano. Analizando en detalle este hecho vemos que dichas edificaciones, a pesar de albergar espacios para usos específicos y en la mayoría de los casos privados, por su sola condición urbana juegan también un papel de uso público, son pues en cierta medida de dominio público; esta doble condición hace entendible que toda mejora de la fábrica urbana –tanto pública como privada- integrada al recorrido funcional de sus ciudadanos propicie mejoras en la condición de vida de todos los ciudadanos.
Sabido es que las ciudades –los artefactos culturales más complejos y costosos creados por el hombre, han liderado el desarrollo de la civilización, y si bien su nacimiento, transformación y progreso han sido consustanciales al avance económico, social, técnico y cultural de la sociedad, su decaimiento se debe en muchos casos a su incapacidad de generar fórmulas adecuadas que respondan a sus “crisis de crecimiento”. Es así que en el tercer mundo, y desde hace unos 30 años, muchas ciudades han venido sufriendo un acelerado proceso de deterioro de sus centros históricos, explicable entre otros factores por su excesiva especialización funcional, principalmente comercial, que desplazando a sus tradicionales residentes a zonas suburbanas, propicia la ocupación de sus espacios públicos por un creciente comercio ambulatorio informal – producto de la incapacidad de nuestros países de generar empleo adecuado.
En la década de los 70`s, en varios países europeos se comenzó a promover un enfoque más integral para intervenir en las ciudades, logrando agregarles valor y revitalizarlas económica, social y físicamente; en otros como Gran Bretaña, se abandonó la política de las “new towns” orientando su preocupación hacia el interior de las ciudades ya consolidadas. Los usos mixtos – y no sólo la vivienda, las acciones conjuntas entre los sectores público y privado, la ejecución de proyectos catalizadores estratégicamente seleccionados y ubicados -en vez de extensos planes urbanos; y la búsqueda de autofinanciamiento y sustentabilidad económica, social y política de los mismos a lo largo del tiempo fueron algunas de sus premisas.
El Estado dejó de tener un rol preeminente y exclusivo en el desarrollo urbano, para actuar como un promotor que buscando respaldo del sector privado propicia iniciativas de los distintos actores urbanos para alcanzar un siempre cambiante objetivo de desarrollo cuyos componentes principales son el manejo adecuado y sostenible del espacio público. Ejemplo de ello son las proyectos de regeneración urbana de St Katherine -Thames en Londres, Temple Bar en Dublín, Berlín-Overhavel, La Ría de Bilbao, la nueva Barceloneta en Barcelona, Entrepodock en Amsterdam, y Kop Van Zuid en Rotterdam entre otros. En nuestra región, los ejemplos de Puerto Madero en Buenos Aires y Malecón 2000 en Guayaquil, proyectos urbanos estratégicos, nos demuestran que es posible recuperar exitosamente vastas zonas decadentes o semiabandonadas de la ciudad, beneficiando su identidad, mejorando su economía local, la calidad de vida de sus ciudadanos, y elevando su competitividad internacional.
Un proyecto de regeneración urbana, cuyo éxito se mide usualmente a través de la relación: inversión pública / inversión privada (“leverage level”) donde, por lo general, la segunda debería por lo menos triplicar a la primera; se debe considerar como una suerte de estrategia de intervención pues, (i) es pertinente y preferente en zonas urbanas existentes que no se hayan adecuado a los cambios acaecidos en la sociedad y la ciudad, (ii) involucra diversos aspectos y componentes (usos mixtos) sin privilegiar la vivienda tugurizada, (iii) no depende exclusivamente del financiamiento estatal, (iv) tiene que ser rentable económica y socialmente, (v) debe ser sostenible en el tiempo (generación de empleo permanente, mantenimiento de la calidad ambiental), (vi) supone una articulación público-privada a manera de `joint-venture´ (reglas y compromisos permanentes) y; (vii) identifica y actúa a partir de proyectos catalizadores o percutores gravitantes que induzcan rápidamente cambios y mejoras –sin depender de planes reguladores o instrumentos de control municipal directo.
Visto así, este concepto de “regeneración urbana” es algo más amplio que el de “renovación urbana”, tal como se entiende e interpreta comúnmente en nuestro medio –ya que el marco normativo vigente enfatiza la vivienda tugurizada o en riesgo físico, su rehabilitación y los derechos adquiridos por sus ocupantes (DL Nº 696 Promoción a la inversión privada en acciones de renovación urbana y DS Nº 11-95-MTC Reglamento del DL 696).
La regeneración urbana en Guayaquil
La Ciudad de Guayaquil, principal puerto del Ecuador, según los datos consignados en el informe “Indicadores Urbanos Ciudad de Guayaquil 1993 – 2000” elaborado bajo el auspicio del PNUD, tiene una superficie general ascendente a 344.5 Km2 con un 91.85% de suelo firme (área de tierra urbana) y 8.15% de cuerpos de agua; su suelo urbanizado al año 2000 era de 172.8 km2, y su población bordeaba los 3 millones de habitantes.
A mediados de los ´90, su Centro Histórico Urbano adolecía de problemas tales como: grandes congestiones vehiculares, déficit de parqueo, estancamiento de la inversión inmobiliaria, creciente inseguridad, delincuencia, y tal como mencionamos anteriormente un alto proceso de especialización funcional orientado al comercio que fue desplazando paulatinamente a los residentes de estratos altos y medios hacia otros lugares de la periferia del casco urbano (Barrio Centenario, Urdesa, Ceibos, Entreríos, Alborada, etc.).
La intensa actividad comercial en el área y el enorme flujo de usuarios -más de 500,000 personas ingresaban diariamente al centro en el año 1997, aunados a la crisis en la oferta de empleo formal, propició la proliferación del comercio informal, primero en la zona conocida como “Bahías” cuyo nombre se debe a que se formó aledaña al antiguo puerto a orillas del centro donde se podía contrabandear fácilmente las mercaderías de los barcos mercantes, y luego en los portales – o soportales como se les conoce en Guayaquil- y aceras del centro mismo.
A nivel de su planta física era fácil percibir un marcado deterioro en sus aceras y soportales, un caótico y desordenado sistema de servicios e infraestructura, una mala demarcación de los espacios de parqueo, ausencia de sistemas de control de los mismos, caos visual debido a multiplicidad de avisos comerciales, deterioro de fachadas y culatas de las edificaciones, y escasa semaforización entre otros.
A principios de la década de los ´90 fue elegido Alcalde de Guayaquil, su ciudad natal, el Ing. León Febres Cordero –ex Presidente Constitucional de la República del Ecuador, iniciando su gestión con un decidida y radical reorganización administrativa al encontrar una institución devastada y quebrada financieramente por sucesivas administraciones de sesgo populista, ineficientes y corruptas; llegó incluso a suspender las actividades municipales durante varios meses mientras reorganizaba la municipalidad física y administrativamente. Sus primeras acciones estuvieron encaminadas a ordenar las finanzas y la administración municipal, elaborar un Plan de Desarrollo Urbano y Obras Públicas e instaurar procesos adecuados, eficientes y transparentes. Todo ello le devolvió la confianza y solvencia perdidas a la institución municipal.
En su segundo período, el Alcalde Febres Cordero impulsó la construcción de múltiples obras viales, un nuevo y eficiente sistema de mercados, los túneles que permiten conectar rápidamente la parte central de la ciudad con el norte de la misma, y la recuperación del borde costero del centro histórico conocido como Malecón 2000. En el año 2001, su sucesor y correligionario político Jaime Nebot, consecuente con la exitosa gestión de León Febres Cordero concluye las obras del Malecón 2000 y emprende un vasto plan de regeneración urbana de todo el centro de la ciudad.
El objetivo de este plan es continuar con el proceso iniciado por el Malecón 2000, buscando devolverle al centro su condición de espacio más representativo de la ciudad; propiciando: a) revertir el proceso de deterioro, b) mejorar su infraestructura y servicios, c) disminuir la contaminación ambiental, d) reorganizar el comercio informal, e) atraer nuevas inversiones, f) atraer residentes, g) crear empleo, y h) mejorar la calidad de vida
El modelo de Gestión
El proyecto Malecón 2000, percutor del proceso de regeneración urbana, fue diseñado, ejecutado y en la actualidad es administrado por la Fundación Malecón 2000, entidad de derecho privado sin fines de lucro, conformada por las instituciones más representativas de la ciudad y presidida por el Alcalde; del mismo modo se viene procediendo con los proyectos del Malecón del Estero Salado y de conservación y eco turismo Isla Santay.
Las demás obras de regeneración urbana se llevan a cabo por medio de otra entidad privada sin fines de lucro denominada Guayaquil Siglo XXI, Fundación Municipal para la regeneración urbana, cuyo propietario es la corporación municipal; su creación se ampara en la Ley de Modernización del Estado Ecuatoriano que posibilita la agilización de los lentos procesos burocráticos del sector público. Guayaquil Siglo XXI es el ente que maneja los fondos que el Municipio le transfiere para la regeneración urbana; realiza los concursos y contrataciones para la ejecución de obras; y administra las áreas ya recuperadas; por razones de eficiencia y economía, se determinó que la Fundación Malecón 2000, fuese su asesora y gerencie el diseño y ejecución de los proyectos en virtud que cuenta con la experiencia y equipo necesario para dicho fin.
Un comité de alto nivel presidido por el Alcalde y conformado por un grupo de funcionarios municipales, ejecutivos y profesionales de la Fundación Malecón 2000, representantes de los comerciantes y ciudadanos, determina en base a las propuestas de la Dirección de Urbanismo, Avalúos y Registros del Municipio –DUAR- las áreas a ser regeneradas y se encarga de hacer el seguimiento semanal de los avances en las mismas; el diseño y desarrollo de proyectos, cuyos lineamientos son discutidos con la DUAR, es elaborado por la Fundación Malecón 2000, con la asesoría del representante de la universidad Oxford Brookes del Reino Unido; y por último se encarga de los concursos de obra y seguimiento de las mismas.
El financiamiento
El Malecón 2000 y el Malecón del Estero Salado tienen como principal fuente de financiamiento las donaciones que realizaron personas naturales y jurídicas entre los años 1998 al 2002 al amparo de la Ley Especial 26 que les permitió donar voluntariamente hasta el 25% de su impuesto a la renta causado para dicho específico fin; dichos fondos sirvieron para financiar las diversas áreas públicas no concesionables de los proyectos, las demás áreas comerciales concesionables –que permiten el mantenimiento y sostenibilidad de todo el conjunto en el tiempo, fueron financiadas con créditos comerciales pactados con distintos bancos del país.
Las demás obras de regeneración urbana son financiadas directamente por la Municipalidad con fondos directos sustentados en su presupuesto anual o por medio de créditos (CAF); el Municipio asume los costos de las obras propiamente municipales y las demás mejoras se las cobra a los vecinos en un periodo de 7 años; los costos de las obras de infraestructura subterránea son solventados por el “peaje” que deben pagar las distintas empresas de servicios (electricidad, telefonía, datos, etc.) que operan en la ciudad. El mantenimiento y seguridad de las áreas regeneradas se financia con la concesión de ciertos espacios públcios, principalmente para kioscos, y parqueos en vía pública (parquímetros).
Los proyectos específicos
La primera etapa del programa de regeneración comprende seis proyectos importantes:
– Malecón 2000
Proyecto percutor del proceso de regeneración urbana; fue planteado y promovido por iniciativa privada en 1996 y en octubre de 1999 fue inaugurada la primera etapa. Con una inversión de más de US $ 75 millones, ha sido visitado por más de 50 millones de personas desde su apertura; logrando elevar el orgullo ciudadano a niveles insospechados –el 95% de la población piensa que es muy bueno- y ha generado una corriente de opinión altamente positiva a nivel de todo el país sobre este tipo de procesos –en la actualidad muchas otras municipalidades han emprendido planes similares-, esto a su vez permitió continuar con el proceso de regeneración urbana en la ciudad de Guayaquil.
– Boulevard 9 de Octubre, zona turística, bancaria y comercial
La recuperación de este eje y las zonas de sus alrededores permitirá vincular, a través de áreas regeneradas donde el peatón es el protagonista, el Malecón 2000 con el futuro Malecón del Estero Salado, poniendo en valor extensas áreas del centro donde aún en la actualidad circulan más de 300,000 personas al día para realizar distintas actividades comerciales, bancarias y administrativas entre otras. El monto inversión de la obras de infraestructura asciende a US $ 30 millones y las obras de superficie a US $ 12 millones.
– Sistema integrado de transporte
Al igual que en Curitiba, Quito y Bogotá, consiste en un sistema de corredores viales con carriles de circulación diferenciados y exclusivos para buses articulados de gran capacidad, constituyendo una red que será alimentada por una parte de las unidades más grandes y en buen estado que circulan actualmente.
– Cerro Santa Ana
La recuperación de este espacio fundacional de la ciudad –altamente tugurizado con viviendas precarias y sin vestigios de sus primeras épocas- aledaño al Malecón 2000, ha permitido transformar una zona altamente peligrosa en un punto de interés turístico y generar múltiples puestos de trabajo con la participación de los residentes. En las siguientes etapas se ha propuesto la implementación de un proyecto integral de desarrollo del barrio, que pueda tener una articulación con el Programa de Mejoramiento de Barrios, de nivel nacional. El objetivo es ampliar el área beneficiada y dar sustentabilidad a las mejoras incorporando a todos los actores envueltos: vecinos, autoridades, empresas de servicio público.
El Estero Salado, como su nombre lo dice, es un curso de agua de mar, está ubicado al oeste de la ciudad y fue el límite natural de sus primeras expansiones urbanas. La recuperación de este curso de agua de mar, altamente contaminado, es una de las tareas de saneamiento ambiental más importante que viene ejecutando el Municipio. Dicho plan de recuperación será complementado con la ejecución de un malecón ribereño que al igual que Malecón 2000 contará con una serie de facilidades para los visitantes; ambos separados por 2.5 km. estarán vinculados a través del Boulevard 9 de Octubre.
– Isla Santay
Ubicada en el río Guayas, frente a la parte central de la ciudad, está calificada como Humedal Ramsar, tiene una extensión de 2,200 Há. y sólo habitan 180 pobladores en ella. La Fundación Malecón 2000 tiene el encargo de cuidarla y mantenerla por un espacio de 80 años, para lo cual viene desarrollando un plan de manejo de la misma y un proyecto de desarrollo eco-turístico que permitirá crear la base económica para su mantenimiento. Se constituirá en un gran parque natural.